A través del arte, los artistas crean lo que no existe y les hace falta. Este pensamiento nos remonta siglos atrás, a los poemas de Ovidio, el poeta latino que plasmó la mitología griega en tinta en su obra «La metamorfosis»; aquello que daría lugar al mito de Pigmalión y Galatea allá por el año 8 d. C.

Ovidio escribió sobre Pigmalión, el Rey de Chipre, un excelente escultor que había renunciado a esposar alguna mujer de aquel pueblo. Es decir, el mismo que colocó todos sus esfuerzos en esculpir en marfil a una mujer perfectamente bella y, finalmente, se enamoró de su creación.

Un día de los tantos, cuando el rey celebraba una fiesta para Afrodita, le pidió fervorosamente encontrar una mujer tan bella como su estatua. Cuando salió del templo y regresó a casa, observó que la diosa había cumplido su deseo.

Según el poema de Ovidio: «Pigmalión se dirigió a la estatua y, al tocarla, le pareció que estaba caliente, que el marfil se ablandaba y que, deponiendo su dureza, cedía a los dedos suavemente, como la cera del monte Himeto se ablanda a los rayos del sol y se deja manejar con los dedos, tomando varias figuras y haciéndose más dócil y blanda con el manejo. Al verlo, Pigmalión se llena de un gran gozo mezclado de temor, creyendo que se engañaba. Volvió a tocar la estatua otra vez, y se cercioró de que era un cuerpo flexible y que las venas daban sus pulsaciones al explorarlas con los dedos.»

¿Qué dice la ciencia sobre Pigmalión y Galatea?

Con el pasar del tiempo, se ha intentado entender la mente del ser humano. En un estudio, el psicólogo Robert Rosenthal demostró que las expectativas que tiene una persona en otra modifican el rendimiento de manera positiva o negativa de esta última para que logre sus objetivos.

El psicólogo lo bautizó con el nombre de Efecto Pigmalión, por el mito precedente. Posteriormente, han seguido las investigaciones demostrando el impacto que puede tener en varias áreas, en la vida diaria, en el trabajo con tu jefe, en casa con tus padres, en el salón de clases, etc.

Sí, las expectativas que colocaba tu profesor sobre ti han podido influenciar en quién eres ahora. Sin embargo, acaso ¿solo somos eso? Pues no. Es por eso que ahora te comento sobre el Efecto Galatea, en honor al nombre que posteriormente recibió la estatua que esculpió Pigmalión. En psicología, existe el efecto con su nombre y hace referencia a las expectativas que tiene uno mismo sobre sus objetivos, si nos sentimos capaces o no de realizarlos.

¿Alguna vez sentiste que no podías con todo ese trabajo o no llegarías a desarrollarte en el área que deseabas? Entonces, como resultado, no te esforzaste o no le pusiste las ganas suficientes, y no sucedió. De la misma forma ocurre cuando confías en ti mismo y conduces tus acciones hacia el objetivo.

Es interesante ver cómo el arte nos enseña a entender el sentir y a transmitirlo; así como la ciencia nos enseña cómo entender la mente y el pensamiento.

Sin más, les dejo algunas recomendaciones de películas donde pueden entender un poco más sobre el tema:

1. “My Fair Lady”

2. «Pinocho»

3. «En busca de la felicidad»

Escrito por Katherine R. Abad

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