Cada 23 de septiembre, en Perú y en otros países del mismo hemisferio, se celebra el comienzo de la primavera. Junto con ella, empezamos a ser capaces de percibir el color que quizás no se distingue durante el invierno. Pues, así como la naturaleza se refresca, la gente también cambia con las estaciones. Se podría decir que los estados de ánimo son el lienzo; y los periodos de calor o de frío, nuestros pinceles.

Este año, por la coyuntura actual, no se podrá realizar el famoso Festival Internacional de la Primavera, que se llevaba a cabo todos los años a fines de septiembre o a inicios de octubre, en la ciudad de Trujillo. En efecto, es una noticia lamentable, pero es un sacrificio necesario si queremos seguir viviendo cada estación más adelante.

A propósito, las estaciones dependen mucho del lugar del mundo en el uno se encuentre. Dado que, en el hemisferio norte, la primavera comienza entre el 20 y 21 de marzo. Por otro lado, en el hemisferio sur, comienza entre los mismos días, pero del mes de septiembre.

Ahora bien, de seguro te estarás preguntando, ¿esta estación tan colorida ha inspirado obras o cosas así? Y la respuesta a eso, es un rotundo SÍ. Pues, aunque está demás decir que el arte se encuentra en cada detalle de lo que vemos, es bueno recordar que también las estaciones pueden inspirar a la mente humana para crear o retratar belleza.

Allegoria della primavera (Botticelli, 1482)

Sandro Botticelli es un gran ejemplo de que la primavera es una fuente viva de «iluminación», ya que él fue quien pintó «La Primavera» y «El Nacimiento de Venus». Estas obras se realizaron durante la época del renacimiento y tuvieron como inspiración a esta estación. Cabe recalcar que ambas fueron hechas como un llamado a la apreciación de la naturaleza del hombre y, para dejar en el pasado, de una buena vez, al teocentrismo.

La Nascita di Venere (Botticelli, 1486)

Además de estas obras, existen otras como: “Las cuatro estaciones” de Vivaldi, la escultura de Rodin llamada “La eterna primavera”, la “Sonata de la primavera” de Beethoven y la “Sinfonía de la primavera” de Robert Schumann; que también surgieron en esta época del año, como un símbolo de añoranza por la búsqueda de otro sentir frente a la vida.

¿Interesante no? Como un clima puede hacer crear muchas cosas extraordinarias y simpáticas. Hasta se podría decir que el arte es provocado por la primavera; pero no nos exaltemos mucho con el cambio de ambiente.

Así que, aunque este año en Perú —más específicamente en la ciudad de Trujillo— no se pueda celebrar el Corso Primaveral, aprovechemos en desenterrar la belleza de las personas que están con nosotros; y de las cosas que nos rodean en casa. Ya que, a pesar de que esa silla o esa mesa, que usamos a diario, se vea aburrida, siempre habrá un potencial que se esconde debajo de todo.

¡Ya es primavera! ¡Inspírate! ¡Crea! ¡Que la pandemia no apague tu color! 

Escrito por Isabel Chávez

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